Cuando era pequeño
mi abuelo me llevaba a una peluquería en Usaquén, nada elegante como se ven hoy
en día. El peluquero era uno de esos que suavizaba su navaja en un afilador de
cuero pasando unas tres o cuatro veces. Mientras esperaba a mi abuelo, me
sentaba en una pequeña silla leyendo algunos comics raídos que habían sobre una
mesa: Memín, Archie’s, Kaliman, entre otros. Se veían ya ajados, pero sus
historias eran fascinantes. En este sitio conocí a uno de esos superhéroes en
un comic desgastado por la lectura de clientes pasajeros. Su imagen en traje de
metal, algo anticuado, pero había captado mi atención. Sus paginas eran en blanco y negro y no sabia
que iba a ser uno de los grandes pilares que ayudarían a una de las grandes de
Hollywood a facturar millones de dólares: Iron Man
Los 80s eran una
época en la que el rey era la TV, con únicos dos canales nacionales. El
verdadero y único héroe era Superman quien había estrenado ya su segunda
película. También se veían a veces los “Súper-amigos” con el hombre de capa
roja, el hombre murciélago, una mujer que vuela un avión invisible y un hombre
que nada en un caballo de mar y claro, con historias de lucha contra enemigos
un poco desleídos. No había nada más,
pero todos los amábamos. A veces veía al único personaje de Marvel que ha
estado vigente siempre, Spider-Man, con su show a las 4 de la tarde justo
después de regresar del colegio.
Sin duda el tiempo
pasa, las modas llegan y los héroes van cambiando. Muchos Batmans en buenas,
regulares y malas versiones en cine. Vinieron los X-Men en películas, con
Wolverine a la cabeza. Pero para mí esa fue otra época en la que las preocupaciones
de la vida nos mantenían con la cabeza enfocada en el trabajo y algunas
obligaciones financieras. Estos Hombres X , en su momento no lograron
capturarme, sino sólo para pasar un buen rato de diversión.
Alguien piensa que
es buena idea empezar a hacer películas y surge Marvel Studios, diferente a
Marvel Comics y crean el Marvel Cinematic Universe, más conocido como MCU. Es
hasta entrado el año 2008, cuando un actor quien se recupera de una vida
descarriada, Robert Downey Jr. protagoniza la primera película que da vida al
MCU y comienza la secuela de 22 que existen en este universo: Iron Man. Vuelven
a mí los recuerdos de ese personaje que había visto muchos años atrás en
Usaquén. Una película intensa con mucha acción, gran banda sonora y buenos
personajes, que hacen que me transporte a mi niñez.
Iron Man me gusta mucho, pero realmente el que se vuelve relevante es Tony Stark, quien siempre
ha sido un personaje complejo, en los comics siempre se ha plasmado los
conflictos que tiene. Él es una persona con adiciones como el alcohol, playboy
por naturaleza, pero con mala suerte en el amor y con una crisis de conciencia que lo atormenta. Un poco diferente a lo que
hemos visto en las películas del MCU. Pero ha sido el pilar de toda la
franquicia como uno de los personajes fundamentales para la historia de
Avengers, el compilado de héroes de diferentes partes del universo, en el que
Stark tiene un papel que amalgama los demás superhéroes al lado del Capital
América como un equipo único y enfocado para combatir a los chicos malos, no
importa de donde vengan.
Las películas me han
llevado a buscar y conocer más del Universo Marvel, identificar las diferencias
en los comics vs las películas y adentrarme en las historias en impreso que por
más de cinco décadas han deleitado miles de personas y que sin duda alguna,
ahora con el estreno de Avengers Endgame, habrán llegado a su cúspide que en
los 80s ni siquiera se imaginaban alcanzar. Esto incluyendo a los X-Men que
ahora sí me trasnochan.
Si quieren conocer
más del Universo Marvel, mi recomendación es que hagan la colección definitiva
de novelas gráficas que salen todos los viernes con EL TIEMPO. Si quieren
compartir conmigo esa pasión por Tony Stark, no olviden cumplir este viernes la
misión: Iron Man - Extremis, que es la primera historia escrita por Wallen
Ellis y Adi Granov en la cual se basa la película Iron Man 2, explicando su
origen y el desarrollo del personaje en este nuevo siglo XXI.